En análisis: Skin [SPOILER]

Análisis de películas
Publicado: 08 Marzo 2020
Escrito por Jorge Rodríguez Patiño

Borrando el odio

La ideología no solo es impuesta, sino que se nutre mediante nuestra relación con el entorno social en el que vivimos; se vuelve parte integral de nuestro ser y determina cómo damos significado a la realidad. Nos define, se vuelve parte de nuestras vidas y, de cierta forma, la disfrutamos. Nos proporciona contexto. y por eso es que resulta tan doloroso descubrir la verdad que se esconde detrás de su fachada. Por eso resulta tan doloroso renunciar a ella.

Es justamente lo que ocurre a Bryon Widner (Jamie Bell), el personaje principal de Skin (Guy Nattiv, Estados Unidos, 2019). Su deseo de renunciar al grupo supremacista al que pertenece, el Vinlanders Social Club, le obliga a pasar por un infierno que culmina en la remoción de todos sus tatuajes, incluyendo los faciales. Dichos tatuajes contienen significados ocultos, consignas que solo comprenden los miembros del grupo. De esta forma, lo que Bryon en realidad desea, es borrar esa ideología que le ha enseñado a significar la realidad de forma tan distorsionada, la ideología que le ha enseñado a odiar.

Skin está basado en otro filme de la MSNBC, una no ficción que lleva por nombre Erasing Hate, donde se narran las experiencias de Widner en el Vinlanders Social Club y el doloroso proceso al que se sometió para borrar sus tatuajes.

Pelicula Skin cuerpo lleno de tatuajes

Si bien personajes como el propio Bryon, su esposa Julie (Danielle Macdonald) y Daryle Lamont Jenkins (Mike Colter) están basados en personas reales, otros como el líder del grupo extremista, Fred «Hammer» Krager (Bill Camp) y su esposa Shareen (Vera Farmiga) fueron creados para cumplir propósitos narrativos. Es gracias a ellos que entendemos la dinámica disfuncional que caracteriza a este tipo de asociaciones, pero su presencia también nos permite entender cómo se impone la ideología en los miembros del clan.

En una secuencia —que funciona como un flashback— somos testigos de este proceso: luego de salir un interrogatorio policiaco, Bryon es recogido por Krager. Se dirigen a la casa de éste, el cuartel general de los Vinladers. En el camino, Krager detiene su camioneta en uno de los barrios más vulnerables de Indiana. Ahí encuentra a Gavin (Russell Posner), un chico rubio que se dedica al vandalismo. Intuyendo que Gavin carece de una autoridad real que le de estructura a su vida, Krager le llama para compartir con él una cerveza y charlar. Su actitud es amistosa y paternal, por lo que Gavin acepta la invitación. Mientras beben la cerveza, el líder aprovecha para ofrecerle al chico techo y comida, pero, sobre todo, le ofrece encauzar su vida, darle sentido.

Desvalido como está, Gavin acepta sin pensarlo dos veces. Cualquier cosa parece mejor que seguir en aquel sitio. Sus circunstancias familiares solo podemos intuirlas, pero entendemos que, de inmediato, adopta a Krager y a Shareen como sus figuras paternas.

Al igual que Krager, Shareen seduce al chico, pero sus insinuaciones tienen una connotación sexual. Mientras le corta la cabellera, la mujer comienza a seducir al chico, acariciándolo, acercándole los senos.

Gavin, desde el inicio, se encuentra en una situación vulnerable, la más idónea para aceptar el discurso ideológico de Krager: hacer a América grande de nuevo, la supremacía blanca, etcétera.

Skin escena pelicula

Lo cierto es que la narrativa ideológica de los Vinladers funciona como una ilusión que da significado a la adversidad. El grupo tiene dominio en los barrios más vulnerables de Indianápolis, donde las condiciones económicas y laborales son adversas. Existe injusticia social, pobreza, inseguridad e inestabilidad.

En lugar de enfrentar las causas de estas problemáticas —todas ellas causadas por un sistema económico rapaz— el discurso de Krager se centra en adjudicar la causa de todos los males a los negros, quienes perturban el verdadero estilo de vida norteamericano y les impiden, como manda la Constitución, ir «en busca de su propia felicidad».

En ese sentido, Guy Nattiv, el director, parece más interesado en hablar de cómo se implanta y derrumba la ideología —cualquier ideología— en el individuo, que en ahondar específicamente en el credo supremacista.

De ahí que la metáfora del blanco y negro para representar el extremismo ideológico que no admite puntos medios esté presente en todo el filme; probablemente la secuencia más notable sea aquella toma cenital, donde vemos un coche incendiarse en medio de la nieve. El contraste nos recuerda el rostro de Bryon, surcado por los tatuajes.

Skin folder

Así mismo, aunque Krager, como decíamos, no es un personaje que exista en nuestra realidad, podemos ver en él pinceladas de ciertas personas que formaron parte de la vida del Bryon real. Tal es el caso de Brien James, co-fundador de los auténticos Vinladers.

En las palabras de James podemos notar, precisamente, este discurso extremista que caracteriza la ideología supremacista:

«Nuestras creencias se derivan de haber sido privados de nuestras libertades individuales, así como de ser testigos del declive de la civilización occidental. Uno de los síntomas más obvios y relevantes de este declive es la forzada integración racial en nuestras ciudades y vecindarios».

«Moriremos luchando juntos por la autodeterminación y el respeto por uno mismo en un mundo que ha dado la espalda a la ley natural y al sentido común».

“Como organización y tribu haremos lo que siempre hemos hecho: frustraremos y desplazaremos a quienes quieran dañarnos, y protegeremos a quienes nos apoyan».

En el filme, Krager es «El Padre», es decir, la autoridad que controla el orden simbólico y quien, por lo tanto, le da significado al malestar social. Cuando culpa a los negros de todo lo malo que ocurre en sus vidas, los demás lo creen sin objetarlo. Esta programación es eficaz; en poco tiempo, vemos a Gavin repetir la retahíla que sus nuevos padres comienzan a inculcarle.

En una secuencia posterior, Bryon le confiesa a Julie que él era igual a Gavin. Entendemos entonces que haber presenciado la forma en la que el chico fue reclutado le mostró la grieta que le ayuda a romper esa narrativa que el grupo le ha impuesto por años.

Bryon comienza a dudar y, motivado por el amor que siente por Julie, decide abandonar el clan y reintegrarse a la sociedad.

Con estupendas actuaciones —en especial Jamie Bell, que está brutal— Skin nos muestra que el factor social no siempre es determinante, toda vez que el individuo no es solo un producto de las circunstancias sociales. Cada individuo cuenta con un margen de libertad para decidir cómo actúa, más allá de las condiciones sociales que le determinan. No obstante, alcanzar esta libertad suele ser, como en el caso de Bryon Widner, un proceso verdaderamente doloroso.

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